Chisme con chocolate
La inspiración para este taller proviene de una actividad semanal en la que participan la madre, la hermana, la tía y los primos de David Enríquez. Todos los sábados, su tía y sus primos visitaban su casa para ponerse al día con un desayuno, que consistía en comida casera chilaquiles, tamales, y pan dulce del supermercado mexicano local. Fue solo después de haber saboreado su primer sorbo de chocolate caliente — el componente más importante de la comida — que se sentarían juntos y comenzarían a compartir los aspectos más destacados de su semana.
En la época precolombina a lo largo de Mesoamérica, el acto de preparar esta bebida se convirtió en una actuación tan importante que se creía que la persona que espumaba el chocolate podía transmitir su afecto al bebedor. En la cocina de la familia en Connecticut, solo a la madre de Enríquez se le confió el molinillo, el batidor tradicional de madera torneada que se usa en Latino América para asegurarse de que el chocolate tenga la cantidad justa de espuma.
Este evento está diseñado para ser una recreación de ese ritual familiar. Los visitantes serán invitados a una demostración (y muestra) de cómo se hace el chocolate caliente mexicano tradicional usando un molinillo. El componente del chisme de esta experiencia interactiva se recreará a través de una animada charla sobre la práctica, la narración y la conversación.
Con el apoyo de fondos del Consejo de la Biblioteca Metropolitana de Nueva York (METRO) a través de la Ley del Plan de Recuperación Estadounidense.